Aunque a menudo suele hacerse más de rogar, en este episodio la referencia al título estaba bastante clara desde el principio. Y es que el centro de esa primera escena no ha sido ninguno de los personajes principales, sino precisamente el brazo robótico que Howard ha tomado prestado (o robado, según se mire) de su trabajo y que luego le traería más desgracias que alegrías. Pero no adelantemos acontecimientos…
En esa primera escena, decía, se han planteado las dos subtramas en las que se ha dividido el episodio, continuando con la línea de anteriores temporadas. En mi opinión han estado un poco descompensadas, ya que, aunque me he divertido bastante con ambas, el tema de Howard y el brazo robótico me ha parecido algo previsible.
Comencemos precisamente con este argumento. Tengo que reconocer que el simple hecho de ver cómo los cuatro genios miraban entusiasmados a un brazo robótico que ha tardado 28 minutos en sacar cuatro cajas de una bolsa ya ha merecido la pena. Pero claro, todos conocemos a Howard, y el hombre no podía quedarse quietecito conformándose con eso. No… Supongo que cuando ha caído en la cuenta de que el robot se parecía mucho a una mano real y ha puesto esa cara de vicioso todos nos hemos imaginado lo que se le acababa de ocurrir.
No te podías quedar quieto, ¿verdad?
Claro, una cosa lleva a la otra, y acabamos con Raj y Leonard en la habitación de Howard tratando de liberar a su Winnie the Pooh del árbol de la miel en el que estaba pegado. Ejem…no se me da bien hablar así, lo sé. El caso es que no sé si me he reído más cuando han debatido cómo Wolowitz se “había resbalado y caído en la mano del robot” o con Raj, incapaz de centrarse, preocupado por la merienda. Por supuesto, merece una mención especial la madre de Howard. ¡Estamos deseando verla en pantalla!
Al final, y tras un divertidísimo diálogo con la enfermera del hospital (¿ha salido antes? ¿de qué la conozco?), la solución era más simple de lo que parecía. Y es que si nuestros cerebritos hubieran visto “The It Crowd” se habrían podido ahorrar todo el numerito. La cuestión es simple: ¿Ha probado a apagar y encender de nuevo? ¡Enorme! Por cierto, ¿qué creéis, ha sido casualidad, o referencia directa a la comedia británica?
Pasemos ahora a la otra trama del episodio que, personalmente, me ha hecho reír más que la anterior. Y es que cuando Jim Parsons y Kaley Cuoco comparten pantalla no hay quien les supere…
Aunque nosotros lo sabíamos desde la finale de la temporada anterior, Penny no se había enterado de la existencia de Amy Farrah Fowler. Desde luego, tiene delito que nadie le haya dicho nada en cuatro meses… ¡si hasta tienen un nombre para ellos!: ¡Shamy!
Penny recibiendo la exclusiva
El caso es que, como se veía venir, Amy es exactamente la versión femenina de Sheldon. Y eso, por supuesto, implica que ambos tienen, además de las mismas rarezas, el mismo nivel de egocentrismo. De ahí que decidan “procrear” para evitar que se pierda tan alto potencial genético. ¡No quiero ni imaginar cómo debe ser vivir con un par de personas así!
Impulsado por Penny, la única que parece tener ideas medianamente normales, Sheldon consiente en concertar una cita con Amy-Farrah-Fowler (la verdad es que tiene gancho esto de usar el nombre completo…) para así conocerse mejor antes de tener al bebé. De lo que estoy segura es de que, de haber sabido lo que le esperaba, la pobre Penny se habría quedado calladita y habría dejado que Sheldon hiciera lo que quisiera…
Todos los momentos correspondientes a la cita (paseo en coche inclusive) han sido enormes: empezando por el gag del piloto del coche de Penny y terminando por el estudio estadístico de los ligues de la rubia; ¡193 hombres y 30.96 compañeros sexuales! Los números nunca mienten… También tengo que decir que me han sorprendido las 128 relaciones sexuales de Amy. ¡Increíble! Gracias a Dios (y nunca mejor dicho), estos dos al final han decidido olvidar la idea de tener un hijo juntos, porque si no, pobre bebé y pobre madre de alquiler…
Una cena inolvidable
En general, me ha parecido un episodio muy divertido. No sé si es que echaba mucho de menos la serie después de todo un verano, pero me he reído de lo lindo. Eso sí, tengo que confesar que el personaje de Amy no termina de convencerme del todo. Es cierto que hace un buen dúo con Sheldon, pero a la vez es su parte negativa: y es que una de las cosas más llamativas de Cooper era, precisamente, que era único. Quizá el tener dos Sheldons sea abusar demasiado del personaje. Además, no termino de creerme a Mayim Bialik. Puede que la culpa sea de Parsons, que hace tan creíble su papel que deja a la pobre Blossom corta, pero no me terminaban de convencer las caras que ponía en la conversación en el coche. Quizás sólo sea cuestión de tiempo… ¡Pero, por favor, que no abusen de este personaje!
Y ahora, para terminar, la que quizás sea la parte más difícil: ¡quedarme únicamente con tres momentos del episodio! Ahí van:
•En tercer lugar, me quedo con Sheldon explicando el chiste que Amy le ha enviado por sms: “Glycol ether. Suena como either. L-O-L.”
•En segundo lugar, no he podido evitar soltar una carcajada con la frasecita de Amy a la pobre Penny: “Las percepciones culturales son subjetivas. Penny, en tu opinión, ¿eres una puta?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario