Mientras veía el episodio pensaba en lo curiosos que pueden ser a veces los clichés de las comedias. Prácticamente se puede hacer una lista de tópicos que se repiten en todas la series de este tipo y que, a pesar de ello, siguen funcionando. El argumento de “tenemos que fingir que estamos saliendo porque no les he contado la verdad a mis padres” (en sus múltiples variantes) no es ninguna novedad. Y, sin embargo, ha dado lugar a un episodio de lo más divertido.
Gran parte del mérito, por supuesto, lo ha tenido el fantástico Keith Carradine como padre de Penny (de la que, por cierto, aún no conocemos el apellido). Personalmente, sólo recuerdo haber visto a este hombre interpretando papeles dramáticos (concretamente en Dexter y Dollhouse), y debo decir que me ha sorprendido gratamente verle formar parte de un episodio cómico. Divertidísimo, por ejemplo, el momento en el que ha criticado a los exnovios de Penny en el coche, o cuando jugaba a pescar con la Wii. Por otra parte, su capacidad para adaptarse a todo tipo de registros nos ha dado una gran escena final en la que si en un instante estaba echándole el rapapolvo a Penny por mentirle, al momento siguiente le rogaba a Leonard que no se rindiera con su hija. ¡Esto sí es un gran invitado! (Mejor, desde luego, que Eliza Dushku la semana pasada).
Pero Carradine no ha sido el único digno de mención. Tanto Penny como Leonard han sido de lo más convincentes durante todo el episodio. Y es que, acostumbrados a verles hacerse arrumacos durante un par de temporadas, han sabido demostrar que esta vez estaban fingiendo. Y eso no debe ser muy fácil.
¡Vaya dos!
Más cosas positivas: me ha gustado mucho el papel de Leonard en el episodio. En un principio pensé que el hecho de fingir ser el novio de Penny le haría “recaer” y recordar lo enamorado que está de ella. Pero no, por suerte ha sido el más fuerte de los dos, y se ha aprovechado bien de la situación: tenía a Penny en sus manos y ha sabido cómo jugar con ella desde el primer momento. Hasta tal punto que la rubia ha preferido terminar con el engaño a seguir adelante con él. ¡Bien por Leonard!
La otra trama, más ligera, también nos ha dado grandes ratos. La presencia de Bernadette ha obligado a Raj a beber para poder integrarse durante toda la noche. Y ya sabemos que cuando Raj bebe sus reacciones son totalmente imprevisibles… aunque, ahora que lo pienso, tampoco es tan distinto del resto de los mortales:
Fase 1: la exaltación. Si bien otras veces le sale el punto (bastante) machista, por suerte esta semana nos hemos librado de ello. En su primera fase, Raj se ha puesto chistoso, y para regocijo de todos, Bernadette le ha seguido el juego. ¡Ha sido enorme verlos a los dos burlarse de Howard! Si tengo que destacar un momento, me quedo con la imitación de Bernadette de su suegra. ¡Lo ha clavado!
Tenía que ponerla
Fase 2: el bajón. Es inevitable: después de la euforia toca justo lo contrario. El pobre Raj ha confesado que se siente solo y que, como imaginábamos, lo de su novia sorda era pura invención. La pobre Bernadette se ha sentido conmovida, una cosa ha llevado a la otra… y sí, hemos visto el mejor beso de toda la serie. Y que nadie diga lo contrario: ¿cuántos besos han mostrado a cámara lenta y con tanto detalle? ¡Una alegría para todos aquellos que desde el primer momento apostaron por la pareja Howard-Raj! Bazinga…
Eso sí, creo que más que con el beso, me he reído con la actitud de Raj a la mañana siguiente con su “Creía que me ibas a llamar esta mañana”. Bueno, eso y la incomodidad de la situación. No me digáis que no se podía mascar la tensión…
Sheldon, por su parte, ha estado más desaparecido de lo habitual. Pero eso no quiere decir que sus apariciones no hayan merecido la pena. Y es que un poco de Sheldon es más que suficiente para asegurarse una carcajada. Al muchacho, tan pragmático como siempre, le ha faltado tiempo para hacer unos “pequeños cambios” en el acuerdo de compañeros de piso cuando se ha enterado de que Leonard y Penny volvían a ser pareja. Sinceramente, creo que han tomado la mejor decisión posible: es preferible tener a Sheldon ocupado a través de una mentira a contarle la verdad. Ya sabemos que le resulta totalmente imposible guardar un secreto. ¡Y eso que me encanta el tic nervioso que le entra cuando no puede callarse!
La imagen de la decepción
Pasemos, por último, al particular top three de los mejores momentos del episodio.
•En tercer lugar, me quedo con la decepción de Sheldon cuando Leonard le ha dicho que habían vuelto a romper: se pasa la mayor parte del episodio modificando el contrato para evitar todo lo que no le gusta de Penny, y no tiene nada mejor que decir que: “¿Alguna vez piensas en los demás, Leonard?” ¡Qué personaje!
•En segundo lugar, me ha encantado el comentario de Howard acerca del Monopoly indio: “El Monopoly indio es como el Monopoly normal, pero en lugar de dinero se usan rupias, en lugar de construir hoteles se construyen centros de llamadas y si coges una carta de la suerte puede que mueras de disentería. Y, para que lo sepas, eso ha sido racista.” ¡Enorme!
•Y en primer lugar, me ha encantado la incomodidad de la hora de la comida: “¿Pudiste jugar con el gran telescopio de Raj anoche?” “¡Jamás tocó mi telescopio!” ¡Divertidísimo Raj!
En resumen, un genial episodio en el que, por cierto, se vuelve a demostrar que el fichaje de Bernadette ha sido un gran acierto. A mí, por lo menos, me encanta. Ahora viene la parte mala: toca esperar dos jueves sin episodio hasta poder ver el siguiente. ¡Qué largo se va a hacer!
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