Aquí estamos una semana más, a punto de comentar otro genial episodio de Anatomía de Grey. Somethig's Gotta Give es el penúltimo episodio antes del parón de Acción de Gracias que, por suerte, sólo durará una semana. No obstante, tal y como están las cosas, creo que la espera se nos hará eterna y es que la serie no podría estar en un punto más interesante. El 7x08 nos ha dejado grandes momentos para comentar y nos presenta a una estrella invitada que se quedará por el Seattle Grace unas cuantas semanas. Y no, no estoy hablando de Bono.
Al acabar de ver el capítulo de la semana pasada me preguntaba si Shonda y compañía resolverían con éxito la trama de Cristina fuera del hospital y la respuesta es un sí rotundo. Si hay algo a destacar de Something's Gotta Give es el nuevo y atractivo rol de la Dra. Yang. Empezando por su locura por las fiestas de inauguración, pasando por su obsesión por hacer limonada y acabando por la sorprendente y acertadísima relación que ha establecido con Derek. El resto de tramas no se han quedado atrás: Bailey y Avery han estado bien y la trama de Alex Karev ha sido espectacular, no tanto por su desarrollo como por el final. La única historia que ha patinado es la del importante político de Oriente Medio. Además, el tonteo de Teddy con el jefe de seguridad ha sido un completo sin sentido. Analicemos las tramas con algo más de profundidad.
Empecemos con Alex Karev y, por tanto, con April Kepner y Phil Stark, el nuevo attending de Cirugía Pediátrica, interpretado por Peter MacNicol. Me ha resultado muy curioso ver al inolvidable bizcochito de Ally McBeal, interpretando a un doctor con pocos escrúpulos y algo cabroncete. Personalmente, sólo había visto a MacNicol haciendo papeles cómicos, así que ha sido una sorpresa agradable verlo en un registro tan diferente.
Bizcochito
Volviendo a Karev, la llegada del sustituto de Arizona pone la guinda a un fin de semana particularmente difícil. Tener un superior que te ningunea y te roba las ideas no es agradable pero si a eso le sumas el panorama familiar que Alex deja en Iowa, el resultado es una persona desbordada por sus emociones, una persona capaz de gritarle a una mujer que está a punto de perder su virginidad con él. No hay justificación posible para lo que Alex le hace a April pero hay que reconocer que sus circunstancias son un atenuante. Otro punto a favor de la trama de Karev es la conversación que mantiene con Meredith al final del capítulo. La amistad de Karev y Grey es poco evidente, se manifiesta en muy pocas ocasiones pero, cuando lo hace, tiene un brillo especial. Meredith es una de las pocas personas en las que Alex confía hasta el punto de contarle el drama familiar que soporta. Karev se culpabiliza por querer huir de la desgracia pero, si volviera a Iowa, se vería engullido por ella. ¡Bravo por Karev! Que ha vuelto a encontrar su espacio en la serie.
Pobre Karev
El comportamiento de Alex con respecto a April hace que Jackson Avery le pegue una buena tunda. Para ser justos, Avery se pasa un poco, aunque no creo que todos los puñetazos llevaran el nombre de April escrito ya que Jackson tampoco tiene el mejor día de su vida. La paranoia se ha apoderado del guapo doctor y, para colmo, pierde a una paciente. Realmente, Jackson, está muy lejos de ser el brillante residente que era en la sexta temporada pero creo que está exagerando las cosas. La conversación entre Miranda y Richard al final del capítulo nos muestra que él es el único que tiene dudas acerca de su capacidad. Esperemos que la investigación a la que se refiere Miranda nos devuelva al Avery médico en su mejor versión. Esperemos, también, que le devuelva a Miranda la esperanza de la que anda tan necesitada: una victoria para nuestra Bailey, por favor.
Antes de ir a Cristina, hablemos del importante paciente que Teddy y Hunt deben atender. Por si no ha quedado claro, no se trata de Bono, sino de un importante político de Oriente Medio. No me ha acabado de gustar esta historia, en primer lugar, por excesiva: demasiada seguridad, demasiado secretismo y demasiado el futuro de Oriente Medio y casi del mundo entero está en nuestras manos. Para seguir, la pseudotrama paralela del tonteo de Teddy con el jefe de seguridad no tiene ni pies ni cabeza aunque, para ser sinceros, las tramas de Teddy hace varios capítulos que carecen de sentido. El único momento en el que la doctora no ha resultado prescindible ha sido en la maravillosa escena inicial en la que vemos el rencor desmedido que Derek le guarda. Para McDreamy ella es la responsable de que Cristina haya colgado la bata. Ahora sí, vamos con la Dra. Yang.
Parecía imposible ver a una buena Cristina Yang fuera del programa de cirugía pero, afortunadamente, no es así. Empecemos por la trama que comparte con Callie que, dicho sea de paso, está mucho mejor sin Arizona. Yang y Torres se encuentran en un momento parecido: las dos necesitan un cambio radical aunque en diferentes aspectos de su vida. La solución para Callie es un corte de pelo extremo mientras que la válvula de escape de Cristina es una decoración express y una fiesta de inauguración improvisada. Me gusta el punto de locura que tiene Yang, sobre todo, en la primera parte del capítulo, esa euforia desmedida que, probablemente, dará paso a la más profunda de las caídas. Además, las escenas en el centro comercial son divertidísimas, Cristina observa a la gente de los centros comerciales como si se tratara de una zoóloga analizando el comportamiento de los gorilas. Me ha recordado a cuando observaba a los residentes de dermatología con Meredith, Izzie y George en la quinta temporada, remember? Antes de ir con Derek, un apunte sobre Callie: ¡Va a vivir con Mark! Me hace especialmente feliz esta noticia, forman un tándem perfecto, auguro que nos darán grandes momentos.
Nuevo look
Vamos con la gran trama de Something's Gotta Give. Derek no puede soportar la idea de que Cristina deje el programa. Como él mismo le dice a Teddy, es algo personal: McDreamy siempre estará en deuda con Cristina por haber salvado su vida a pesar de todo. Durante los siete capítulos previos ya nos habíamos dado cuenta de que el vínculo que tiene con Yang va mucho más allá de Meredith. En las temporadas anteriores, Derek y Cristina se limitaban a tener una relación de cuñados, se respetaban e, incluso, apreciaban porque Meredith les unía. Esta temporada esta relación ha cambiado radicalmente. En cierta manera y, aunque Cristina culpe a Meredith, Derek se siente responsable del estado en el que se encuentra la Dra. Yang y está dispuesto a salvarla sea cómo sea. Un giro muy acertado, en mi opinión. Una relación más o menos íntima entre Derek y Cristina es algo que aún no hemos visto en Anatomía, puede funcionar muy bien, de hecho, ya funciona a la perfección en este capítulo. Derek utiliza su experiencia para calmar a la Dra. Yang: Él ha estado en el punto en el que ella se encuentra ahora y está dispuesto a darle todo su apoyo. Una terraza, una botella de vino y una extensa conversación acerca de la decoración de la casa, nos dan la pequeña gran joya de este 7x08. Un par de escenas que huelen a confianza, a complicidad, a curación.
Gorilas
Antes de terminar me gustaría destacar una frase de Lexie Grey. Se la dice a Karev cuando le dispara con las bolas de ping-pong: "¿Desde cuándo está bien disparar a alguien en este hospital?" Genial frase que evidencia que el tiroteo queda ya muy lejos, lo suficientemente lejos como para bromear con él.
Y hasta aquí Something's Gotta Give, un capítulo que será recordado como el primero de Cristina Yang como no-cirujana. Debo reconocer que no era muy optimista con respecto a la trama de Yang y aún no sé si debemos cantar victoria. Lo que si es cierto es que, de momento, lo han resuelto de una forma más que satisfactoria y que no sólo ha sido bueno para Cristina sino que otros personajes se han beneficiado de este cambio. Uno de ellos es Derek al que, últimamente, sólo lo veíamos involucrado en tramas médicas. Además, el distanciamiento entre Meredith y Cristina, puede propiciar un acercamiento entre Mer y Alex. En cuanto al resto, parece que Callie despega sin el lastre de Arizona. La que no despliega las alas es Teddy y, después de ocho capítulos, empieza a ser preocupante. En cuanto al nuevo, el Dr. Stark, me ha gustado su debut pero no sé si acabará de encajar en el Seattle Grace. Para despedirme una pregunta: ¿Soy yo? ¿O Anatomía está más en forma que nunca? ¡A comentar!
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