Mucha tela que cortar y me está faltando el tiempo de hacerme un traje y aquí llega el sastre a tomar medidas en el asunto, suelto de pernera, por favor, que no quiero que me apriete los huevetes. ¡Sí, señor! Esto es lo que me gusta a mí. Un nuevo caso, un tema interesante sobre el que divagar, ¡y qué tema! El egoísmo está a la orden del día, en todas partes cuecen habas, como dicen, y en House no podía ser menos.
En este episodio el egoísmo, o la falta de él, se utiliza como telón de fondo para hablar sobre el caso de dos hermanos: uno enfermo y sentenciado a una vida corta y miserable y una hermana que hace lo posible por vivir la vida que le hubiera gustado vivir a su hermano. Un ejemplo de altruismo que no se ve recompensado de ninguna manera. Mientras la relación de House y Cuddy se enfrenta a una prueba definitiva la compaginación de la vida laboral y la vida amorosa.
La paciente en esta ocasión es Della, una skater adolescente que sufre un colapso durante una exhibición. La jovencita tiene un hermano enfermo en silla de ruedas, Hugo, casi de su misma edad, al que se siente muy unida y por el cual se preocupa fervientemente. Como podemos esperar la paciente empeora por momentos y por su infinita generosidad o estupidez, según se mire, se niega a tomar la médula de su hermano siendo un procedimiento bastante seguro.
La incapacidad de los padres para tomar decisiones que afectan a sus hijos tampoco ayuda en nada. A falta de House, que está demasiado ocupado con sus problemas amorosos, es Taub el que le dice a la chiquilla: "Pero bueno niña ¿qué estás haciendo con tu vida?", de una forma un poco menos directa de lo que lo haría House intentando hacerle entender que lo que ella considera inspiración puede ser interpretado como auto-negación, puesto que antepone la vida no-vivida de su hermano a la suya propia.
La cosa se pone fea e incluso tienen que trasplantarle un pulmón, el cual rechaza y la imposibilita para recibir otro. En ese momento House, durante una conversación con Hugo, descubre que Della, no solo está viviendo la vida de su hermano sino que además ha ocultado sus problemas de salud porque creía que no eran lo suficientemente graves como para quejarse. Solo queda una solución. El comité no le volverá a dar otro transplante después de haber sufrido un rechazo y la única posibilidad de que se salve es que su hermano le done la mitad de su pulmón y la médula puesto que son compatibles pero Cuddy reprime a House de que le cuente nada a los padres por ser coactivo ponerlos en tan difícil decisión.
El padre de las criaturas entra desesperado en el despacho de House para pedirle una solución y House no tiene más remedio que exponerle la difícil decisión que debe tomar: salvar la vida de su hija a costa de la vida de su hijo. Incapaces de decidir se someten a las circunstancias y pretenden dejar que pase lo que tenga que pasar y, tras una discusión subida de tono, es Hugo el que tiene que poner orden entre todo un caos de dudas y se ofrece resignado a que deberá hacer lo correcto y donarle la médula y medio pulmón a su hermana para que ella pueda vivir. Puesto que él está sentenciado a vivir poco y mal por lo menos podrá ayudar a su hermana a seguir viviendo llevando consigo una parte de él.
Cuando la felicidad se apodera de House no es tan brillante, ni tan chisposo, es más lo convierte en un perrito faldero incapaz de decir esta boca es mía, está atontado o como otros lo llaman enamorado. La historia comienza en el parking llegando ambos al trabajo por separado House se aprovecha de su nueva posición de poder para meterle mano a Cuddy como marcando su territorio, a lo que la jefa le contesta que nada de carantoñas en el trabajo. Cuddy le prohíbe que le cuente nada a nadie sobre su relación hasta que hayan hablado con recursos humanos para formalizar su relación legalmente ante el hospital. Cosa imposible tratándose de House que tarda muy poco en ir vacilando frente a Wilson y el equipo. Wilson piensa que se esta burlando de él por estar preocupado por House y se marcha desconfiado a su oficina. El cojo va a su despacho intentando convencerlo de que no es una broma, en estas aparece Cuddy indignada por que ha sabido que se lo ha contado a todo el mundo.
Wilson sigue sin creérselo y a Cuddy no le queda más remedio que confirmarlo, primero de palabra, después le da un pico a House y, como aún así Wilson no parece conforme, la jefa le agarra al cojo del paquete para que no haya lugar a dudas, cuando sale por la puerta House dice que le ha quitado un poquito la cojera. House se pega la vacilada en recursos humanos y Cuddy tiene que poner cordura ante el supervisor que les hace firmar un contrato de amor que les impide denunciar al hospital en caso de alguna desavenencia. Flipo con las cosas que llegan a hacer los americanos pero bueno... durante la charla surge el tema de que le van a hacer una prueba de susto a la paciente y Cuddy le prohíbe que la haga por haber pruebas igualmente efectivas y más seguras. House accede por estar delante el supervisor y cuando se van Cuddy le hace llamar a su equipo para asegurarse que no hará la prueba. Después, cuando a la paciente le falla un pulmón y tienen que transplantárselo, es Cuddy la que cede de mala gana a un procedimiento peligroso y House se da cuenta.
Entonces el cojo acude a Wilson y llega a la conclusión de que lo mejor que puede hacer es evitar a Cuddy, cosa bastante difícil trabajando juntos. Viendo que no podrán mantener sus posturas firmes cuando se trata de hablar con el otro, House decide mandar un mensajero para evitar caer en la condescendencia pero el discurso que Taub transmite palabra por palabra solo consigue cabrear a Cuddy y hace que House tenga que retractarse excusándose con que Taub no estaba conforme con la decisión del equipo. Visto lo cual cuando la paciente se pone tan mal que la única solución es tomar la médula y el pulmón de su hermano, Cuddy encara el problema y le pregunta si solo le da la razón porque están saliendo a lo que House afirma que sobrellevar la relación sentimental y laboral lo está volviendo loco, no pueden ser honestos el uno con el otro.
Cuando House ve que los padres de la paciente son incapaces de tomar una decisión, él y la jefa se enzarzan en una discusión sobre la moralidad o no de decidir si salvar a la chica a costa de los malos años que le queden de vida a su hermano o dejar a la chica que muera por negarse a recibir el pulmón de su hermano. Tras una intensa discusión se dan cuenta de que la única manera de sobrellevar la carga es siendo brutalmente honestos el uno con el otro mientras estén en el trabajo para que no perjudique sus decisiones con respecto a los pacientes.
Para mí la mejor parte, las más divertida y entretenida la sirven dos ancianitos que acuden a una consulta. Resultan ser padre e hijo, el uno de 102 años y el otro de 80, que están hartos el uno del otro. Primero el hijo soborna con 40 pavos a House para que le diga a su padre que no puede seguir viviendo con él, después el padre hace lo mismo porque quiere irse a vivir en un asilo de ancianos y le da 100 pavos. Al final House pasa olímpicamente de los dos esgrimiendo que no hay razón médica para que no sigan viviendo juntos pero no sin antes detectar que el padre se zampa un tubo de pasta de dientes al día y tiene una intoxicación por zinc. Además les devuelve a cada uno su dinero diciendo que es un subsidio que ofrece el hospital. Ahí va eso. Adorable sin lugar a dudas la historia de los ancianos, imprescindibles estas historias de consulta que destilan frescura y honestidad.
Como conclusión el egoísmo no es ni bueno ni malo lo importante es la medida en que se use, si bien no es bueno ser demasiado generoso como pretende ser Della tampoco es bueno ser demasiado egoísta y pretender echar a tu padre de tu casa como en la historia de los ancianos. House y Cuddy aprenderán que si separan los ámbitos y demuestran honestidad y egoísmo en su justa medida su relación saldrá a delante. Un capitulo muy entretenido con la óptima dosis de drama y humor, con el que me reí mucho y que estuvo a punto de hacerme saltar alguna lagrimita con la historia de la paciente que no por ser un poco tonta deja de ser entrañable, la paciente no la historia. En fin, que siga por estos derroteros y estaré satisfecho.
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