Continuamos bien, con un capítulo que nos muestra las pequeñas carencias que cada uno de los personajes guarda en su interior. Defectos que permanecen ocultos pero que, de vez en cuando, nos permiten ver la verdadera cara de los doctores. Rarezas que los hacen especiales porque si fueran más normales no nos gustarían tanto. Así que, bienvenidos a nuestro freak show particular, no tenemos mujer barbuda, pero sí unos cuantos especímenes dignos de estudio ¡Pasen y vean!
Superfreak es un capítulo muy Grey's: Coral, con diferentes tramas y sin protagonismos excesivos. Está claro que el trauma de la Dra. Yang sigue siendo la historia principal y, quizá, la más interesante pero, poco a poco, (casi) todos van ocupando el lugar que les corresponde en el hospital, incluso April.
Los residentes han hecho piña y vuelve a haber un grupo como el que había en las primeras temporadas. Buena prueba de ello es la escena final en el bar de Joe, mítico lugar de encuentro que se mantiene invariable a pesar de las bajas y altas en el grupo principal. La semana pasada el capítulo se salvó por la trama de Cristina Yang y me alegra comprobar que, aunque la trama no se centre en ella y su trauma, las cosas siguen por buen camino.
Hablemos, primero, de Derek. McDreamy recibe la visita de su hermana Amelia, que llega directita desde el Oceanside Wellness de Los Ángeles. Una trama con poco jugo, que tiene poco más que la gracia de ver un crossover, pero que nos permite conocer algo más del pasado de McDreamy, de la muerte de su padre y de cuál es el motivo de que esté tan alejado de Amelia.
Los Shepherd, ¡brotán como la hierba!
Más allá de esto, lo verdaderamente interesante es que nos descubre el vínculo que Derek ha desarrollado con Cristina después de que ella salvara su vida. Derek y Yang no han sido nunca demasiado compatibles pero ahora, son familia, y no creo que Shepherd lo diga porque ella es una de las gemelas oscuras sino porque le debe la vida. Cristina luchó por él en las circunstancias más duras y él está más que dispuesto a devolverle el favor.
Te estás secando, se puede decir más alto pero no más claro. La afirmación de McDreamy es rotunda y da en el clavo: Cristina debe reaccionar si no quiere convertirse en fontanera y al final da un paso de gigante repitiendo paso por paso la operación de Derek en una escena magistral: Cristina sólo recuerda los momentos de stress y el Dr. Shepherd está decidido a conseguir que, en un futuro, lo que recuerde sea una complicada y exitosa operación en solitario, la que salvó la vida de un miembro de su familia.
Es emocionante ver a la Dra.Yang cogiendo un bisturí de nuevo y es tremendamente desolador oir de su boca que podría ser feliz siendo fontanera. Me gusta mucho el nuevo vínculo entre Shepherd y Yang. Son dos personajes antagónicos que ahora, de alguna manera, son casi complementarios. Nos brindarán grandes momentos.
Y mientras Derek se perfila como el salvador de la Cristina cirujana mientras que de la Cristina persona se encarga Owen Hunt. Nuestro soldado está un poco desaparecido este capítulo, pero en sus pocos minutos de pantalla, se da cuenta de que debe hacer ciertas renuncias para que su mujer se recupere. Aunque Derek no tiene ningún problema con que Cristina duerma en su lecho conyugal, a Owen le parece un poco raro y, a partir de ahora pasará las noches en casa, en una nueva casa.
Sí, Owen y Cristina van a marcharse de casa de Callie y Arizona la pareja más insoportable del momento. ¿Qué les pasa? Arizona se ha vuelto insoportable y Callie sólo es ella misma en las pocas escenas que comparte con Mark Sloan. Mantengo lo que dije en la anterior review: necesitan tramas mejores, son dos grandes personajes que, en este momento, son completamente prescindibles.
Tenemos que encontrar nuestra propia casa...
Vayamos a Lexie y el hombre árbol. ¿No os ha dado pena? Lexie es, sin duda, uno de los cirujanos más sensibles y respetuosos del Seattle Grace y, por una pequeña (vale, no tan pequeña) metedura de pata, Bailey, más nazi que nunca, la tortura durante todo el capítulo. Suerte que existe la justicia cósmica y Miranda recibe su castigo en forma de araña. Una escena divertidísima con Bailey chillando como una niña de 5 años y dándose al brandy por una arañita minúscula.
Otro que ha desarrollado una fobia es Alex Karev, a los ascensores. La trama no es demasiado brillante pero me ha gustado que el Jefe Webber volviera a entrar en acción y que Karev mostrara algo de su trauma. Alex tampoco acaba de arrancar esta temporada pero debo reconocer que en la trama de April, la virgen, él y Cristina están bastante divertidos: él quitándose la bata para acabar con la sequía de la Dra. Kepner y Cristina chillando Do it! Do it! Do it!
Hablemos, ahora, de Teddy Altman, otra que tampoco encuentra su sitio. Parecía que su romance con Andrew Perkins podría a ayudarla a constituirse en un personaje con peso pero no ha sido así. El terapeuta deja el Seattle Grace y a Teddy con el corazón roto, no sin antes, decirle a GI Jane que tiene tendencia a enamorarse de los hombres equivocados. ¡No lo habíamos notado! Teddy no sabe elegir a sus parejas y este podría ser su rol en la serie: la cirujana brillante, la mujer fuerte que se vuelve más vulnerable con cada una de sus relaciones fallidas. Lástima que este papel ya esté cogido, Alex Karev es lo mismo pero en hombre y algo más maleducado.
Vamos a la trama romántica del episodio, Mark y Lexie. Como bien dice la esposa del hombre árbol, el amor, a veces, no es suficiente, el tiempo y las circunstancias son factores determinantes para que una relación vaya adelante y, lamentablemente, los relojes de McSteamy y la pequeña Grey no están sincronizados. Lexie, por fin, se ha dado cuenta de que Mark sigue enamorado de ella pero Sloan está ya mirando hacia otro lado, en concreto, hacia la hermana de Derek. ¡Qué lástima! El monólogo final de Meredith, nos indica que este puede ser el final definitvo de la pareja porque incluso los freaks se cansan de esperar.
New team, old school
Terminamos con la escena final, la del bar de Joe, la que evidencia que hay un nuevo grupo protagonista en Anatomía de Grey, un grupo cohesionado, sin bandos, como el original. Evidencia, también, que April Kepner gana alejada de su papel de perrito faldero del Dr. Shepherd. La virgen de 28 años, le pone los puntos sobre las íes a los residentes porque todos tenemos cosas de las que no hablamos: carencias, miedos, defectos, secretos... Un aplauso para la Dra. Kepner que empieza a ganarse un hueco en nuestros corazoncitos. Como bien dice Meredith: Oh April! I'm liking you more and more.
Y hasta aquí el 7x03, un buen capítulo que se aleja poco a poco de la matanza y empieza a introducir nuevas tramas. En definitiva, la vida sigue, las cosas están volviendo a la normalidad para algunos. Otros, como Cristina, aún tienen mucho trabajo por delante pero estoy segura de que será apasionante seguir su recuperación semana a semana.
Los farolillos rojos de Superfreak son Callie y Arizona y, si me apuráis, Teddy. No acaban de funcionar, los guiones de estas doctoras son demasiado flojos, poco originales, sin gancho y de relleno y eso se nota, sobre todo, porque en el pasado han sido personajes con mucho peso en la serie. Podríamos decir lo mismo del guapérrimo Jackson Avery, que tampoco acaba de encajar en las tramas. Parece que le han dado el papel de gamberrete, simpático, un poco fantasma... pero, en este caso, su falta de brillo no es importante porque nunca ha tenido un rol bien definido, es, de alguna manera, un novato y sus mejores momentos aún están por llegar. Así, mientras que lo de Jackson tiene más pinta de despegue, lo de Callie, Arizona y Teddy huele, más bien, a desgaste.
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